En el mundo de hoy existen varios dispositivos electrónicos como el iPhone, la Laptop, Samsung Galaxy, etc. El más moderno y emocionante es el robot humanoide que fue presentado por la compañía japonesa “Honda” en el año 2000.
El objetivo que tiene ASIMO es pretender ayudar a las personas que carecen de movilidad completa en sus cuerpos, así como para animar a la juventud para estudiar ciencias y matemáticas.
Su historia lleva casi tres décadas, en las que se han hecho avances gigantescos para llegar a lo que hoy en día es un producto funcional e increíble. Puede correr a una velocidad de 3 km/h y más. Honda realiza giras de demostración de este robot en todo el mundo para inspirar a los jóvenes e impulsar el estudio de la ciencia.
En el futuro, ASIMO puede servir como los ojos, oídos, manos y piernas de las personas que lo necesiten. El cual, algún día podrá ayudar a las personas mayores o que están confinadas en una cama o una silla de ruedas, también se podrá ejecutar tareas que son peligrosas para los humanos y asistir en las tareas de combate de incendios o limpieza de derrames tóxicos.
Por más de 10 años, este prototipo, que no está a la venta, ha tenido una larga evolución actualmente se ha convertido en una máquina autómata que sabe meter goles, dirigir una orquesta sinfónica y hasta llevarle bebidas a los invitados. Es capaz de ser controlado por una persona mediante un dispositivo ICC (interfaz computadora-cerebro) con un 90,6% de aciertos. Su tecnología le permite reconocer el entorno por medio de sensores, recopilar información con sonidos y movimientos. Su postura le permite caminar, correr, desplazarse y hacer movimientos naturales, como los del humano. Cada característica tuvo un gran proceso para sacar perfecciones en ASIMO. Lo más impresionante de Asimo es la precisión con la que realiza sus movimientos, al verlo no podrás creer que se trata de un producto tecnológico.
“ASIMO siempre estará avanzando. De acuerdo a las nuevas necesidades que surjan, seguirá innovando y evolucionando para satisfacerlas”, concluyó Beatriz Begne.