El Internet ha ayudado a las relaciones sociales más de lo que se pensaba. Ha ayudado a comunicar e informar, ya sea por una red social o una página web.
La gran obsesión de usar el celular todo el tiempo ha causado un trastorno psicológico llamado “nomofobia”, la necesidad de revisar cada minuto el celular, incluso escuchar sonar su celular, cuando no lo es.
Tener el celular en todo momento, ha causado la mala costumbre de no poder hablar con una persona frente a frente sin que mire el celular, se usa durante las comidas, sin poder comunicarse fuera del mundo tecnológico. Las consecuencias de usar las redes sociales todo el tiempo, provocaron buscar una aprobación a través de una pantalla, con el temor de no tener los suficientes amigos, retweets o likes.
Entre los jóvenes existe la obsesión de tener el último modelo de computadora, celular o video juego. Los famosos “gamers” pasan hasta 2 días jugando, sin descansar, hasta obtener el mayor puntaje, convirtiendo esto en una obsesión.
Los celulares y las computadoras, normalmente son usados para hacer investigaciones o comunicarse mediante las redes sociales, pero si se deja a un lado los asuntos cotidianos para continuar en esta actividad, ya se convierte en un problema.
Cualquier tipo de tecnología que se la use exageradamente en la vida cotidiana, causa obsesión y perjudica la salud del usuario. La tecnología, hoy en día hace la vida mucho más fácil de lo que era, pero con buen criterio se debe regular su uso.