El sábado 26 de abril se llevó a cabo un evento solidario llamado “Paz, amor & sonrisas” ideado por dos chicos de gran corazón: Majob Knoock y Sebastián Hervaz, con la ayuda de sus amigos: Sofía Vallejo, Carla Rodríguez y Dayana Sáenz. El objetivo del evento fue recoger ropa usada para dárselos a niñas, niños, chicas y chicos de entre 0 y 18 años de bajos recursos económicos.
Según nos contó Majob, este grupo de jóvenes frecuentemente está participando en acciones de voluntariado y solidaridad y su motivación principal en estos eventos siempre son aquellos pequeños seres que tienen que vivir pruebas muy duras en su corta vida. Piensan que para ellos es muy importante y valioso recibir un aporte material que expresa también apoyo y solidaridad. Para los jóvenes voluntarios, es un gesto de humildad, de entrega; que logran una gran recompensa al provocar una sonrisa y motivar la esperanza.
A pesar de la lluvia y el frío muchas personas asistieron y entregaron sus donaciones, las cuales llenaron todo un carro y sirvieron para dar momentos de alegría a quienes recibieron los donativos. Actos solidarios como este nos muestran que en las cosas más sencillas de la vida se puede encontrar alegría, felicidad, sentimientos muy hermosos.
En sociedades como la nuestra, en las que la inequidad y la injusticia se reflejan en la pobreza de millones de personas, el gesto de la filantropía (como acto de solidaridad con el ser humano) o de caridad (como acto de solidaridad por motivos religiosos) de jóvenes como Majob, Sebastián, Sofía, Carla y Dayana, es esperanzador, porque muestra que a un importante sector de la juventud no le es indiferente la situación de exclusión y pobreza de miles de niños y jóvenes.
Majob dijo: “yo creo que si alguien tiene 30 días feos, y tú le regalas 1 día bueno eso le dará esperanza, ganas de seguir luchando”; vayamos un poco más lejos de esto, hay miles de personas con problemas mucho más graves que los nuestros, que sufren hambre, necesidades, frío, o están enfermas y día a día luchan por su vida y a pesar de eso tienen una sonrisa en el rostro, no se dan por vencidos y aprecian mucho cuando reciben ayuda, un poco de amor, cuando le regalamos alegría y hacemos todo por verlos sonreír, probablemente acciones como éstas no resuelven los problemas, pero mitigan sus efectos, provocan aprendizajes a los que dan y a los que reciben.
Si cada uno de nosotros ponemos un granito de arena podemos cambiar a este mundo, que vive desinteresado de lo que le pasa a los más necesitados, que no se detiene a pensar en los otros, un mundo materialista donde se han perdido muchos valores éticos y morales. Pero con acciones como ésta, nos damos cuenta de que todavía existen personas jóvenes que pretenden cambiar el mundo, brindar alegría y busca vivir en una sociedad donde se cree una conciencia de paz y de solidaridad. Ojalá muchos más jóvenes asuman este compromiso ético y moral con los más necesitados.