Algunos padres no salen de su asombro cuando se enteran de que las leyes en muchos países donde dice que la edad de consentimiento es a partir de los 13 años. ¿Están preparados? Algunos chicos de 18, 19 y 20 años van a los instituciones a recoger a “su novia” de 13,14 y 15 años cuya madurez sexual brilla totalmente por su ausencia desconociendo los riesgos a los que se enfrentan cuando se inician en sus primeras relaciones.
Lo cierto es que los jóvenes hoy en día no están preparados a este pasado que es de mucha responsabilidad, los riesgos de la sexualidad en la adolescencia son altos y confirman que aparecen los riesgos más destacados: Embarazos, Enfermedades de trasmisión sexual (Sida, etc.) experiencias adversos que conllevan actitudes negativas hacia su autoestima, seguridad, confianza e incluso hacia su futura vida sexual.
El alcohol aparece como un factor importante. De acuerdo al estudio tiene una conexión directa con el sexo casual. Mientras más alcohol se consume aumenta la probabilidad de tener encuentros sexuales casuales. Conducta que tiene poca diferencia entre géneros.
La primera vivencia sexual puede afectar o influir en la vida sexual futura “aunque no creo que forma tan determinante como sucedía años atrás en los que el primer encuentro estaba cargado de gran impacto emocional sobre todo en las chicas. Hoy en día se vive más como un tema de iniciación y experimentación. En este último caso, cuando se siente culpabilidad por pensar que no fue con la persona adecuada, si se cree que se tuvieron relaciones bajo presión, fue violenta o se vivió con miedo a un embarazo o haber contraído una enfermedad infecciosa hay más posibilidades de que sea importante o determinante para la sexualidad posterior de la persona.
El problema no es si los niños y las niñas deben recibir educación sobre salud sexual, sino como y que clase de educación recibir. Es imposible apartar a la población infantil de las influencias sexuales. Modelos adultos de comportamiento, la televisión y los anuncios comerciales la bombardean constantemente, pero el silencio y las respuestas excesivas suelen ser “profesores” más eficaces.
Dejar de prestar atención jóvenes a la información y servicios apropiados y oportunos por temor a la legitimidad y alentar la actividad sexual no es una opción viable y resulta contra prudente.