Siendo la nicotina su principal elemento activo, el cigarrillo provoca una rápida adicción a sus consumidores volviéndose estos, dependientes al tabaco.
El cigarrillo mata a millones de personas al año y es el causante de más de 25 enfermedades, entre ellas, el cáncer, osteoporosis, úlcera gástrica entre otras fatales consecuencias, no tan solo físicas. Quienes fuman, denominados fumadores activos, pueden no darse cuenta del daño que causan a su alrededor, es decir amigos y familiares de este, llamados fumadores pasivos. A estos se les causa un daño físico similar y un daño emocional sorprendente. Conozco bastante bien el daño emocional que se le puede causar a un fumador pasivo, ya que desde hace 16 años que lo soy. Cuando era pequeña no me importaba mucho, incluso creía que las personas que fumaban eran "divertidas". A los 12 años decidí investigar más del cigarrillo solo por curiosidad, aquí fue cuando descubrí imágenes atroces, consecuencias terribles y testimonios lamentables. Comenzó mi lucha para que mi familia dejara este mal hábito, trate de hablar con ellos, de mostrarme comprensiva, y cuando no cedían, "me revelaba". Fueron momentos difíciles, en los que me rendía y volvía a intentarlo, hasta que por fin este año lo estoy logrando. "Cada vez que me provoca un cigarrillo pienso en el daño que te hago, y lo dejo" dice mi mamá, en mi familia dicen que soy la causa de que estén dejando esta costumbre, pero yo pienso que la verdadera causa son ellos. El cigarrillo no nos vuelve más interesantes, divertidos o maduros, todo lo contrario, destruye nuestra salud, nuestra familia, nuestra vida.