Siempre pensamos que hacer obra social nos trae felicidad, nos reconforta y nos hace sentir bien con nosotros mismos, sin embargo cuantas veces realmente tomamos la decisión de actuar frente a una situación de esta índole? En realidad pocas veces, casi nunca.
Nos llenamos de ideas e incluso tenemos una “lista de cosas que haría” en nuestra mente y ninguna de estas son realizadas, pero en realidad no necesitamos de grandes acciones y donativos ni de grandes sumas de dinero para hallar esta felicidad, puede bastar un pequeño detalle para encontrarla.
La sonrisa a un niño o un abrazo hacia un anciano puede significar mucho para ellos en momentos de nostalgia. Y tú puedes ser parte del cambio, ¡Atrévete, pequeñas acciones pueden generar grandes sentimientos!