“Cuanto más atrás puedas mirar, más adelante verás” dijo Winston Churchill, primer ministro de Inglaterra. Han pasado muchos años desde la Segunda Guerra Mundial y aún dedico mi tiempo a estudiar detenidamente no solo los eventos que ocurrieron en ésta, sino también sus causas. Muchos me preguntan el porqué de mi interés hacia una tragedia que “ya pasó”, siempre respondo que mientras más seamos los que dejemos en el pasado una situación que más de seis millones de personas vivieron, estamos otorgando una vez más el derecho a que suceda otra vez. No podemos olvidar que el pasado forjó nuestro presente.
Todo comenzó tres años atrás cuando me encontraba en tercer curso. La historia siempre me había llamado la atención, sin embargo El Holocausto marcó mi vida. Mi profesor de inglés llevaba años enseñando la famosa historia de Ana Frank y ese año no fue la excepción. Cada día nos adentrábamos más en la vida de una adolescente que tuvo que vivir escondida para luego ser encontrada junto a su familia y llevada a un campo de concentración. Fue desde entonces que mi investigación no paró.
Entre la web, libros, documentales y testimonios que escuché fui descubriendo el horror vivido por la población judía, que todavía no acaba ya que siguen siendo víctimas del racismo y la falta de tolerancia. Uno de los libros que más me han impactado sobre el tema es el libro “La trilogía de la noche” por Elie Wiesel, sobreviviente del campo de concentración más temible de todos (Auschwitz-Birkenau) y actual profesor en la Universidad de Boston. No puedo describir el inmenso sentimiento de impotencia que causó en mí el conocer la pérdida inmediata de su madre y hermana al llegar al campo de concentración Auschwitz-Birkenau y la inmensa batalla que tuvo que mantener consigo mismo para mantenerse con vida y no desfallecer ante tremenda adversidad.
Como Wiesel, existen muchos sobrevivientes que dan sus testimonios diariamente. Ya sea por televisión, YouTube, e inclusive museos como el Museo del Holocausto en Washington D.C. También existen sobrevivientes que no desean hablar al respecto pero, ¿Quién soy yo para juzgarlos? Si lo único que desean es continuar con sus vidas. Sin embargo, todos quieren el mismo fin. Que el Holocausto no sea olvidado. Que la muerte de tantas personas inocentes no quede en la impunidad. Sobre todo, que no vuelva a suceder. Por esas y muchas razones más el transmitir lo que cada día aprendo sobre ellos se ha convertido en mi pasión, puesto que no me permitiría ser partícipe de un mundo ciego. Cuando el mundo vea el pasado y los eventos sucedidos como lo que realmente son, una realidad vigente, se podrían evitar muchas tragedias y aprender muchas lecciones. No se puede olvidar lo que ya es parte de nosotros.
Bibliografía: libro “La trilogía de la noche”, Elie Wiesel, Argentina, Autobiografía, El Holocausto, 1955, Unión Central Israelita Polaca