EDUCACIÓN

Karate-do: Más que una disciplina, un estilo de vida

Y en tres frases hemos definido lo que es el Karate-do. Un camino de arte, pureza y armonía, tal como el blanco de su uniforme lo simboliza.


El karate-do es un deporte practicado por niños, jóvenes y adultos, quienes no solo aprenden a defenderse y a tener buen físico; sino a lograr una recreación espiritual, mental y emocional. La edad no importa para entrar en este maravilloso mundo, donde cada persona encontrará su lugar en el Dojo. 

El Sensei Jorge Palma, instructor en el club de karate-do “Zanshin”, nos menciona los beneficios de esta disciplina, como es el ser pacíficos, transmitir energía positiva a los demás, ya que al entrenar este arte marcial, la persona logra encontrarse consigo mismo y por ende conseguir paz interior que fácilmente es mostrada y compartida con los demás.
Usualmente se asocia la palabra karateka con agresivo, conceptos preestablecidos por la sociedad que están muy lejos de ser ciertos. En sí el karate-do trata de evitar las agresiones, nos da la fuerza y energía para ser un ejemplo en la sociedad practicando siempre la humildad y el respeto.  Se debe a las 5 reglas fundamentales: el Dojo Kum: “Intentar perfeccionar el carácter” corregir uno mismo sus falencias, “Ser correcto, leal y puntual” un deporte leal al 100%, donde el trabajo en el tatami es sacrificado pero vale la pena, “Tratar de superarse” porque nuestro mayor enemigo es nuestra persona, “Respetar a los demás”, hay que ser el ejemplo, “Abstenerse de procederes violentos”,  pues como lo mencioné anteriormente un karateka no es violento, sino es un persona tranquila que sabe controlar y canalizar su energía.  “Mediante estas cinco reglas, un karateka logra tener un estilo de vida único, inalcanzable para los demás.” Palabras pronunciadas por el sensei, que nos abren las puertas a la nueva  realidad que nos brinda el karate-do.
Desde que comencé a entrenar en el dojo, mi vida cambió completamente. Pude encontrarme conmigo misma de una manera que nunca me habría imaginado. Las horas entrenando, el esfuerzo físico y mental, me llevan a un estado de tranquilad tanto emocional como espiritual, que me permitieron ampliar la percepción del mundo desde ángulos diferentes a lo cotidiano.

El karate-do es una manera de liberarse de la presión de la vida, así lo dice el sensei. Si estamos agobiados por los problemas, si no sabemos qué hacer ni a donde ir, si estamos deprimidos y con los sentimientos rotos, tenemos un camino muy sabio y liberador, que nos sabrá guiar de la mejor manera: el camino de las manos vacías.

Escrito por:
Jazmin Nicole Soto Rodríguez
Joven Corresponsal
Cardenal Spellman Femenino

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Author: IBEC - NEWS
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