La primera: que consistía en la obtención de conocimientos sobre el tema, con el fin de poder entender e instruir al resto de la población, esta etapa ha tenido una duración de cinco meses en los cuales nos hemos venido preparando todos los sábados para cumplir esta misión.
La segunda: es poner en práctica los aprendizajes, lo asimilado, en varias instituciones fiscales, brindando clases a diferentes cursos, sintiéndonos docentes a nuestra corta edad. Donde nosotros hemos disfrutado tomar parte en la enseñanza, junto con maravillosos niños que nos han entregado su amor y sonrisas en cada una de las instrucciones dadas.
La tercera: consiste en mostrar nuestras habilidades viales en las calles, con la finalidad de educar a la población adulta en su vida cotidiana, muchos de ellos circulan en vehículos, otros lo hacen de peatones, unos cuantos de ciclistas, cada uno a veces sin considerar al otro. Es la ausencia de la convivencia humana la que ocasiona su movilidad, muchas veces alterada por un siniestro de tráfico; muchas vidas valiosas han perecido a causa de un atropello, de un violento choque, o quizás de un volcamiento. Todos ellos evitables si tuviésemos una mejor educación vial.
Todas estas acciones nos han generado nuevas experiencias mirando el comportamiento de niños, jóvenes y adultos en carreteras. Tuvimos la oportunidad de conocer personas con diversas culturas, más aún conocer la calidad humana que poseen. Nuevas amistades surgieron: autoridades, maestros, instructores; es indescriptible la satisfacción que sentimos todos nosotros después de ayudar a las personas. El objetivo más grande, es poder formarnos como buenas personas útiles para la sociedad, que buscaremos llevar a nuestro país hacia el desarrollo.
Hoy en día los maestros de las distintos colegios, muchas de las veces, buscan tan solo desarrollar conocimientos en cada uno de nosotros, sus estudiantes, y se olvidan de que tienen que formar buenas personas para que sean buenos ciudadanos, que respeten toda norma y así entre todos bajar el número de accidentes de tránsito, disminuyendo la tasa de mortalidad y de dolor que aquello genera. La energía cuántica nos debería transformar en buenos seres sociales que pensemos en el otro, su integridad, su vida y bienestar, así tendremos un ECUADOR diferente.
Por: Galilea Escobar
Liceo Policial Galo Miño