La mayor parte del mundo se ha preguntado alguna vez ¿Cual es la verdadera historia sobre el Triangulo de las Bermudas? , algunos especialistas en el tema se acercan a la verdad pero hay otros que las desmienten.
Aunque estemos acostumbrados a convivir con el en mayor o menor medida, el océano es uno de los medios más hostiles para el ser humano. A lo largo de la historia, distintos mares se han encargado de demostrarlo llevándose consigo tripulaciones enteras. Otras veces somos nosotros mismos los que convertimos el mar en una fosa común.
El Triángulo de las Bermudas es una amplia zona del Océano Atlántico entre Florida, Puerto Rico y las islas Bermudas , las cuales forman un triangulo equilatero, este también es conocido como triangulo del Diablo y Limbo de los perdidos, es un lugar en el que se han producido numerosas desapariciones. Así mismo, se han producido numerosos reportes de ovnis e incluso hay quienes creen que el lugar puede ser una puerta dimensional.
Mucha gente ha ido muy lejos. Se ha llegado hasta especular que es un área de actividad extra-terrestre o que hay alguna extraña causa natural que explica los accidentes. Sin embargo, se trata lo más seguro de una zona en la que la gente simplemente ha tenido mala suerte.
Al hablar de este tema se han llegado a postular varias explicaciones realistas como: Efectos Climatologicos: por ser una zona con fuertes vientos, oleajes fuertes y altos, también huracanes que han azotado sus aguas, Piratería, Electromagnetismo, Bombas y Minas sin desactivar.
Según la última explicación científica el hundimiento de barcos y aviones se debería, al menos en un gran porcentaje de los casos, a la presencia de hidratos de metano producidos en ciertas áreas de las plataformas continentales. Así, según las investigaciones las burbujas de metano crecerían en progresión geométrica a medida que ascienden a la superficie siendo que, al llegar hasta la superficie, originarían áreas espumosas en que, debido a cuestiones de turbulencia originadas en diferencias de densidades, los barcos perderían sus propiedades de flotabilidad y se hundirían de forma demasiado rápida como para posibilitar un escape de los pasajeros.