EDUCACIÓN

Educación, protagonista del progreso nacional

La educación es el ingrediente principal de un exquisito desarrollo colectivo

Durante décadas, la educación en el Ecuador fue estéril. El conformismo social revestía la estructura carcomida de un sistema educativo deficitario cuyos resultados se proyectaban en un panorama de retraso social, económico, tecnológico y cultural. Aun así, hoy se registra un historial de reformas a la educación ecuatoriana:

En marzo 29, una oleada de aspirantes invadía las afueras de los 33 recintos destinados para rendir el ENES (Examen Nacional para la Educación Superior), requisito que permite el ingreso de estudiantes a las universidades públicas, privadas o co-financiadas del país.

El objetivo del ENES es evaluar la calidad de la enseñanza en la educación media y garantizar el ingreso universitario con un nivel medio-alto de conocimientos. De tal filtro, se obtuvo resultados, al principio,  bastante mejorables.  

Al respecto, René Ramírez, Secretario de la SENESCYT (Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología) aseguró que un 85,64% del total de aspirantes de la última convocatoria aprobaron el ENES, cifra considerable comparada con la inicial y las de proceso.

A partir del 2012, las universidades emprenden la misión de transformarse y convertirse en formadoras de profesionales, principalmente en el área de la docencia y la investigación que el Ecuador requiere, considerando que la educación es un eje para la transformación del país.

En el período académico 2012, previo a la reforma, en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede Santo Domingo (PUCE-SD), 520 estudiantes aprobaron el ingreso universitario.

En el 2013, aprobaron 65 estudiantes. Esto  ocasionó urgencias económicas ante el costo de las reformas a la estructura de los edificios, equipamiento de laboratorios, instalación de sistemas de seguridad, contratación de personal fijo, etc., que la SENESCYT exigía a nivel universitario.

Sin embargo, los primeros resultados del curso preparatorio que inauguró la PUCE-SD para rendir el examen de ingreso, revelaron que más del 60% de los aspirantes logró obtener el puntaje necesario para matricularse en la sede.

Esta reforma educativa requiere la participación activa de los miembros del proceso de aprendizaje, pues pretende la reconstrucción de unas columnas que eran endebles, de unas bases ligeras que no habrían podido sostener al país.

Es comprensible que el ingreso universitario sea sinónimo de pesadilla, de trámites numerosos, de gastos varios; pero, sin duda, la historia recompensa a quienes invierten en reescribirla, en pintar ambientes distintos para las próximas generaciones.

Los cambios son auditables. Según el Ministerio de Finanzas, para el 2013, Ecuador se convirtió en el país con mayor inversión en educación de Latinoamérica, al destinar el 2% del PIB (Producto Interno Bruto) a la reforma de la educación superior.

Paulo Freire, destacado pedagogo brasileño, destacó: “La ciencia y la tecnología, en la sociedad revolucionaria, deben estar al servicio de la liberación permanente, de la Humanización del hombre”. Porque el hombre y la mujer, si no se transforman, se pierden entre la bruma que no perdona ignorar lo conocible
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Author: Editor
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