Hoy en día, existen muchos asuntos que preocupan a la sociedad mundial - entre ellos están el calentamiento global, la crisis económica, la polución y muchos más-; sin embargo, de todas estas situaciones, nos encontramos con una que posee el interés de todas las personas - tanto de jóvenes como de adultos: la violencia en el mundo. Y es que no es para menos, pues este es un hecho que podemos presenciar en todo momento y lugar, además que, con los avances existentes en ciencia y tecnología, las noticias de interés local e internacional están al alcance de todos en el mundo (siendo - como sabemos ya - los conflictos humanos el tema de mayor preocupación para todos). Pero la violencia no es algo nuevo en el Planeta Tierra; desde el comienzo de la vida en sí, hemos visto como especies luchan entre sí por sobrevivir y, más que nada, por dominar en el mundo. Sin embargo, es aquí donde radica el mayor problema: cuando se trata de violencia humana, no estamos hablando de una lucha entre especies animales por ejercer una hegemonía sobre las demás especies; estamos hablando de constantes enfrentamientos entre seres “inteligentes” de una misma especie para alcanzar un mayor estrato social en su comunidad, que bien puede tratarse de su comunidad local o de la comunidad global en sí.
Para adentrarnos un poco más en este tema, comencemos conociendo la definición de la palabra “violencia” en sí: en su más amplia extensión, este término se refiere a una interacción basada en el uso de medios alejados a una conducta sana y respetuosa, causando daños en algún otro ser o en un objeto. Es así que la violencia no solamente se da cuando agredimos físicamente a una persona, sino que también se da cuando ofendemos o irrumpimos en sus morales, su carácter o sus creencias. Debemos también saber que la violencia en humanos se da cuando hay dos posiciones divergentes en una interacción social: por ejemplo, inclinaciones políticas comunistas y capitalistas; personas a favor del aborto y personas en contra; o un asaltante y su víctima (si tomamos como ejemplo un caso más cotidiano y concreto).
Ahora, todos tenemos bien en claro que hay diferentes escalas cuando hablamos de violencia: existen ínfimos problemas que se dan en nuestro día a día, como peleas entre adolescentes y riñas en bares; existen problemas locales de mayor preocupación, como lo son los robos, las violaciones y los asesinatos; pero existen problemas mundiales mucho más alarmantes, como lo son las guerras y los actos terroristas.
Para concluir con mi mensaje, no me queda nada más que aclarar que este artículo es un mero llamado de atención a todos mis amigos, compañeros e incluso desconocidos que llegaren a leerlo, y pongo a su consideración todo lo que les he relatado, anhelando ver en ustedes un cambio, de manera que el mundo que aguarda a nuestros hijos y nietos no sea como el que a nosotros, a nuestros padres y a nuestros abuelos nos ha tocado vivir; espero que todos pongamos seamos contribuyentes de esta causa, que busca erradicar el mal de nuestra sociedad, pues, si no somos nosotros quienes acabamos con él, será este el verdadero Armagedón que destruirá la humanidad