Este día, el país se viste de fiesta, ya que hace 131 años, un día como hoy 24 de mayo, fuimos liberados del yugo español, en las faldas del Pichincha a manos de valientes y heroicos patriotas, reclamando así, como nuestra esta tierra ecuatorial noble y fecunda.
¿Pero cómo sucedieron estos hechos libertarios?, les voy contar:
El Mariscal Antonio José de Sucre en el año 1882, decide hacerle frente a las fuerzas españolas, al mando de un ejército de 3000 hombres valientes y curtidos con el fuego de las duras batallas libradas anteriormente. Los soldados y reclutas venían de todas partes: Venezuela, Perú, Inglaterra y ¡hasta de Irlanda y Francia! , para sumarse a la causa noble de nuestros compatriotas.
Esta fue una batalla horrenda ya que los muertos y heridos, rodaban por la pendiente, era un combate de titanes, la fuerza de los patriotas se duplicaba, temblaba el monte al choque de la furia y el coraje de los dos bandos, el tronar de los fusiles y el rojo sangre que teñía poco a poco nuestro suelo sagrado. Entre ellos estaba un joven héroe niño cuencano llamado Abdón Calderón, de descendencia guerra, que a pesar de sus heridas y con ejemplar valor gritaba con delirio a sus compañeros de combate “¡Adelante, adelante amigos míos, avances muchachos, viva la Patria, viva la Independencia¡”.
Los españoles cedieron el campo de batalla, precipitándose entre los matorrales y quebradas; Y a los doce del día, bajo un resplandeciente sol, se escuchó el eufórico grito de nuestros valerosos soldados ¡VICTORIA!.
Después de esta lucha heróica bajaron los patriotas y Sucre triunfantes del Pichincha, mientras los españoles, aquellos que durante trescientos años habían dominado las tierras quiteñas, cayeron vencidos para siempre, librándonos definitivamente del yugo español. Así se abrieron las tan esperadas puertas de la independencia y el colapso definitivo del imperio español en Sudamérica.
Esta fecha debe ser recordada siempre por los ecuatorianos, ya que nos llena de gratitud hacia los héroes que ofrendaron su vida para darnos la libertad. Esta epopeya debe servir como ejemplo de valentía, patriotismo y coraje a nuestras generaciones futuras ya que está en sus manos el futuro de nuestra patria, para que sea además de libre, soberana.