El día jueves 2 de mayo los segundos de bachillerato de la Unidad Educativa Cardenal Spellman Femenino visitamos el Museo Interactivo de Ciencia, con un único propósito, adentrarnos en la mente de este personaje y conocer la grandeza de su trabajo. Comenzamos el recorrido en la parte de anatomía, luces tenues alumbraban el lugar, un largo pasillo con fotos de Leonardo y de su trabajo nos daban la bienvenida al igual que nuestro guía. Él nos explicó que no entenderíamos la escritura de los códices puesto que Da Vinci escribía de izquierda a derecha, mezclando idiomas para proteger sus ideas y pensamientos, no llevábamos ni 10 minutos, y ya estábamos fascinadas con estos pequeños detalles.
Continuamos a la sección de Anatomía, grandes afiches colocados en columnas de vidrio estaban expuestos al público. El cuerpo humano era de especial encanto para Da Vinci, él veía al hombre como una máquina perfecta y le dedicó especial atención a su estudio. Tan grande era su interés en aprender nuestra anatomía que llegó a realizar bastantes disecciones en el Hospital de Santa María Nuova, se calcula aproximadamente 30 personas entre adultos, ancianos y niños, usualmente eran en la noche y a escondidas para evitar sospechas en su contra, ya que al tiempo en el que él vivía se lo podía acusar de brujo y hereje, calificativos que lo pudieron llevar a la hoguera.
Pasamos a la sección de máquinas voladoras, muchos de los artefactos ahí colocados se nos hicieron muy familiares, nos recordaron a los helicópteros, aviones y paracaídas que tenemos en la actualidad. Al preguntarle a nuestro guía si las maquinas alguna vez volaron, nos explicaba que la mayoría sí. Y que en realidad todas sus máquinas funcionan, solo que a la época los materiales usados tal vez no fueron adecuados, pero que físicamente deberían funcionar.
Llegamos a la sala de mayor interés para mí, la de ARTE. A la cabeza estaba “El bautismo de Cristo”, cuadro de Verrocchio, donde Leonardo tuvo su primera participación de importancia en el mundo de la pintura. Se le encargó pintar uno de los ángeles y paisaje de fondo, en aquellas dos representaciones podemos admirar el estilo único de Da Vinci. Caminamos por la pequeña galería, cada vez más encantadas, pasamos por “La última cena”, uno de sus cuadros más importantes; del cual se dice que al apóstol que le costó mucho trabajo terminar fue a Judas Iscariote, pues no encontraba a alguien que pueda representar la codicia y la traición. Él en todas sus pinturas utilizaba a personas reales como modelos. Finalmente vimos su obra maestra, “La Mona Lisa”, mujer intrigante, misteriosa, que nos seguía a todas partes con su mirada indescifrable. Un dato interesante es saber que si colocamos el boceto del auto retrato que realizó Leonardo de sí mismo encima de la cara de la Gioconda, encajaran perfectamente; lo que nos lleva a hacernos un sin número de preguntas, las cuales posiblemente no puedan ser respondidas.
Entramos al cuarto de inventos, un lugar que nos dejó atónitas. Se exhibían sistemas de poleas, un modelo de carro, una bicicleta similar a las actuales, numerosos artefactos mecánicos, la escafandra (equipo de buceo). Empecé a creer que Leonardo era algún psíquico o alienígena, tanto ingenio no podía ser de un humano. Pero rápidamente desistí de aquella idea, Leonardo fue un hombre de carne y hueso, que supo desarrollar sus habilidades en todos los sentidos de la vida.
Da Vinci era una persona pacífica, que no creía en la violencia para solucionar problemas. Sin embargo por pedidos, construyó armas de guerra, cañones a vapor, un refugio movible, que se le asemeja con un tanque de guerra, balas ya no circulares sino pedunculadas, realidades que nos dejaban absortas y maravilladas.
Una vez terminado el recorrido, todas pudimos coincidir en la genialidad de este hombre. Como decía la Srta. Victoria Vergara, alumna de Quinto “A”, se nos permitió estudiar la materia de una forma innovadora, ya no solo teoría, sino practica al observar y palpar cada uno de los artefactos allí expuestos. “Pudimos apreciar la obra de alguien que estuvo muy adelantado a su tiempo, y que a pesar de no tener la mejor tecnología, diseño artefactos que tranquilamente podemos utilizar en la vida actual y con la mayor eficiencia.”
Sin duda alguna, como lo mencioné al inicio, Leonardo Da Vinci es una de las mentes más brillantes de la humanidad, de quien debemos aprender, no solo por su trabajo concreto sino por su manera de ver al mundo. No esperando que alguien nos obligue a superarnos, sino nosotros dar el primer paso, buscando mejorar para poder alcanzar el éxito; no dejar que el mundo nos coma, nosotros devorarlo a él. Ser el ejemplo de muchos. Crecer junto con el resto, ser esa luz que destella en la oscuridad y no se apagará ya que ha dejado una marca imborrable en esta vida.
Jazmin Nicole Soto Rodríguez
Cardenal Spellman Femenino