Ha sido muy común, ver en escenas de películas como los robots en un futuro superarán a los humanos en el intelecto, capacidad y desarrollo en el ámbito laboral. Estas escenas, hasta los momentos, solo las pensábamos como un futuro muy muy lejano, pero a su vez, la realidad nos golpea en la cara y escuchamos términos cómo “nativos digitales”, esta es la “generación tecnológica”, “una máquina ganó un torneo mundial de ajedrez”. Afirmaciones como éstas pueden hacernos preguntar ¿están nuestros niños preparados para afrontar el futuro?, ¿la forma en cómo están estudiando hoy los está formando adecuadamente? Para responder estas preguntas es necesario echar un vistazo a los sistemas educativos del presente y compararlos con las necesidades de la juventud actual, de cara al futuro.
Mucho se ha venido trabajando en el desarrollo de tecnologías que ayuden a la automatización de procesos, tareas de la vida diaria, en las cuales el “trabajador” ha sido reemplazado por estas tecnologías. Pero, si estamos en plena vía de la era de automatización e inteligencia artificial, ¿qué papel juegan los humanos en todo esto?, ¿cómo deben estar formados los adultos del futuro para enfrentar adecuadamente los cambios que ya se ven?
La tecnología en los procesos de educación y vida diaria de los niños y jóvenes, debe estar mucho más presente que nunca, no debe ser tomada solo como un medio de aprendizaje, el rol de los docentes debe ser el de “crear curiosidad para incentivar a la creatividad”. A diferencia de las maquinas, los humanos tenemos la capacidad de razonar y ser creativos, esas son las habilidades que los formadores deben motivar, actividades que requieran capacidad de innovación y resolución de problemas.
La metodología de educación debe ajustarse a las necesidades de hoy y del mañana, asignaciones que ameriten que los estudiantes “memoricen” han quedado obsoletas, los docentes más que líderes del aula, deben ser los guías en el proceso de aprendizaje de los estudiantes, su papel debe ser el de ayudar a los alumnos en su proceso de formación en el que, ellos mismos sean los protagonistas de la clase y proyectos que se le asigne.
Sin embargo, para que todo esto resulte favorable, los docentes deben estar preparados para impartir la guía que los estudiantes necesitan. La conocida “generación digital o “nativos digitales” no manifiestan dificultades con el uso de nuevas tecnologías, han crecido usando las herramientas tecnológicas. Aun así, los estudiantes demuestran carencia en su correcto uso y en la capacidad de generar resolución a problemas, innovación y creatividad. Es ahí donde el rol del docente es fundamental, el docente debe tener preparación académica y tecnológica para ser el tutor en el proceso de aprendizaje de sus alumnos.
Las habilidades que deben desarrollar los estudiantes son aquellas que requieran de creatividad, capacidad de innovación, inteligencia emocional, interacción social. Por ese motivo, las asignaciones dentro y fuera del aula deben incentivar a la resolución de problemas, la investigación, capacidad de análisis, que vayan forjando al estudiante para hoy y para el mañana.
El futuro llegó hace rato, es responsabilidad de las instituciones educativas, padres y docentes estar preparados para ser los guías idóneos en la formación de los nuestros niños y jóvenes, los adultos del mañana.
Por eso, en IBEC, gracias al convenio con la Dirección General de Educación de la Unión Europea, ofrecemos programas de acreditación y certificación internacional para que los estudiantes y docentes desarrollen exitosamente sus competencias digitales, habilidades que les permitirá convertirse en profesionales multifacéticos preparados para integrarse a la era de la transformación digital. Si deseas más información sobre la implementación del Estándar Europeo en Competencias Digitales para instituciones y docentes, puedes comunicarte con nosotros al correo info@ibecorporation.com