El sistema nervioso es un conjunto de órganos y tejidos especializados, muy similares, considerado uno de los más complejos e importantes, cuya unidad básica son las neuronas. Es el encargado de recibir los impulsos de nuestro cuerpo a través de: la boca, la piel, los oídos, la nariz, los ojos, entre otros y de esa manera responder de manera adecuada. Este se divide en: sistema nervioso periférico (SNP) y sistema nervioso central (SNC).
Nos enfocaremos en el sistema nervioso central. El SNC se encuentra formado por el cerebro y la medula espinal. Las neuronas se encuentran en la materia gris, estas se interconectan formando redes de comunicación que transmiten información, este proceso es conocido como sinapsis.
La plasticidad cerebral es la capacidad que tiene el cerebro para adaptarse a distintos estimulantes ambientales. Las neuronas crean nuevas conexiones a través del aprendizaje y la experiencia. Es decir mientras más aprendamos sobre un tema o lo reforcemos, las sinapsis se fortalecerán, por lo tanto los conocimientos adquiridos tendrán mayor duración.
La edad clave para la neuroplasticidad es la niñez, mientras a mayor cantidad de estímulos se encuentre un individuo expuesto, sus expectativas de nivel en cuanto a habilidades serán mayores, pero si el individuo se desarrolla en un ambiente con escasos estímulos, se produce una “poda neuronal” es decir el cerebro se deshace de aquellas neuronas que no realizan ninguna función, lo cual a largo plazo puede llegar a ser muy perjudicial para su desarrollo. Sin embargo la plasticidad cerebral se presenta en todas la etapas de la vida.
La plasticidad neuronal también puede contrarrestar los efectos de enfermedades y lesiones celulares. Algunas neuronas suplantan a las que no funcionan correctamente, esto ocurre con mejor efecto a una edad temprana antes que a una edad adulta.
El cerebro es un órgano adaptable y maleable, la plasticidad neuronal nos permite mantenerlo en buen estado, es por ello que no debemos dejar de realizar actividades estimulantes tales como leer, realizar actividad física, investigar, observar con mayor detalle lo que nos rodea o aprender nuevas destrezas. El no descuidarlo nos permite evitar su degeneración y evitar deterioro cognitivo conforme pasan los años.